Las mujeres con discapacidad nos sentimos ninguneadas por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, dado que en el flamante Consejo Asesor Ad Honorem, recientemente creado por este organismo, no se incluyó a ninguna representante del colectivo de mujeres con discapacidad. Es importante destacar que según el último censo realizado por el Indec en 2010, el 11 por ciento de las mujeres somos mujeres con discapacidad. El número es lo suficientemente significativo como para que sea indispensable tener en cuenta la perspectiva de discapacidad en un consejo asesor tan importante y diverso. Destacamos que desde la Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Amblíopes (Faica), y desde la Red por los Derechos para las Personas con Discapacidad (REDI) las dos organizaciones que firmamos este comunicado, hemos enviado una nota al Ministerio, consultando de qué modo podíamos inscribirnos para participar del Consejo como integrantes de organizaciones de la sociedad civil, ya que no habíamos encontrado convocatoria alguna para participar.
Y con sorpresa, ayer nos enteramos por los medios de comunicación que el consejo ya fue formado y realizó su reunión inaugural, y seguimos desconociendo de qué manera fueron convocados sus integrantes.
Sabemos que está compuesto por personas de una enorme trayectoria académica y de militancia por los derechos de las mujeres y las disidencias, y nos parece importante que se haya tenido en cuenta a representantes de los pueblos originarios, de la economía popular y del colectivo travesti/trans. Pero sentimos que las mujeres con discapacidad somos parte de la diversidad del colectivo de mujeres y, lamentablemente, estamos ausentes porque no se nos ha tenido en cuenta.
Sólo para ejemplificar algunas situaciones de vulneración de derechos y violencias que vivimos, podemos decir que en la Argentina, se han producido diversos casos de madres con discapacidad a quienes el poder judicial les ha quitado a sus hijos/as, por el solo hecho de tener una discapacidad, en lugar de obligar al Estado a darles los apoyos necesarios para que ejerzan la maternidad en igualdad de condiciones que las demás. Se siguen haciendo esterilizaciones forzosas contra mujeres y niñas con discapacidad, sin su consentimiento, muchas veces con el aval de sus familias, por temor a que queden embarazadas, ante la presunción de que no podrán criar a sus hijos/as.
Las mujeres con discapacidad no podemos gozar en igualdad de condiciones que las demás de nuestros derechos sexuales y reproductivos.
Lamentablemente, en muchos hospitales y centros de salud los/las trabajadores/as, en especial en las áreas de ginecología y obstetricia, tienen muchos prejuicios respecto de las mujeres con discapacidad, basados en la escasa o nula información que recibieron en su carrera profesional sobre este colectivo y sus derechos.
En la mayoría de los hospitales y centros de salud no existen camillas regulables para que puedan subir mujeres usuarias de sillas de ruedas o mujeres de baja talla. Tampoco los mamógrafos cumplen con condiciones de accesibilidad.
Asimismo, no se garantiza intérpretes de Lengua de Señas o personal capacitado para atender a mujeres sordas en consultas ginecológicas en casi ningún hospital ni centro de salud.
Las mujeres con discapacidad también vivimos situaciones de violencia machista y patriarcal. Por lo tanto, necesitamos y exigimos políticas que tengan en cuenta la perspectiva de discapacidad en las campañas de prevención, con información en distintos formatos accesibles (lengua de señas, lenguaje sencillo, audiodescripción de imágenes y subtitulado en videos). También necesitamos que se contemplen medidas específicas de accesibilidad en los refugios y las casas que alojen a mujeres con discapacidad que viven situaciones de violencia.
La situación económica de las mujeres con discapacidad es significativamente difícil, ya que la tasa de desempleo es mucho mayor que la de las mujeres sin discapacidad.
Por todas estas razones consideramos que las mujeres con discapacidad debemos ser incluidas y escuchadas en el flamante consejo asesor, creado con el objetivo de “Constituirse en un espacio de consulta, participación activa, cooperación y diálogo con la sociedad civil, las organizaciones sociales y el ámbito académico especializado”. Tenemos aportes para hacer, que buscan construir una mayor igualdad y no discriminación.
Esperamos que las autoridades del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad se replanteen estas prácticas que en nada aportan a la diversidad y convoquen a participar del consejo asesor a representantes del colectivo de mujeres con discapacidad. También llamamos a las/los integrantes actuales de este consejo asesor a repensar el lugar que ocupan y solicitar la participación de las mujeres con discapacidad.
Las redes deben construirse con todas las voces y Las políticas de género no son completas si no nos alcanzan a todes,
#LaInvisibilizaciónTambiénEsViolencia.
#NadaSobreNosotresSinNosotres